9 de diciembre de 2009




No veía la hora que terminara mi guardia para compartir con mi familia el día de Navidad. Mis compañeros bromeaban unos con otros sobre la cantidad de pan de jamón o hallacas que se comerían al llegar a casa. La noche caía radiante, sin luna y con pocas estrellas. La silueta del helicóptero UH-1H casi no se apreciaba en la rampa. Apenas se notaba el brazo de la grúa con el penetrador de selva enganchado.
Eran ya las ocho y media de la noche. Sabíamos que varios excursionistas les gustaba frecuentar los parques nacionales en estas fechas. Ademas aeronaves privadas aún surcaban zonas del cielo venezolano para llegar donde sus seres queridos antes de la Nochebuena. Nosotros ya habíamos tenido que atender un traslado aeromédico en horas de la mañana cuando un bombero sufrió una caída por una quebrada al combatir un incendio forestal. El helicóptero posó en un topo casi a dos kilometros a pie del lugar donde estaba la víctima y tuvimos que caminar todo el trayecto ayudando con la camilla y chequeando los signos vitales del paciente por un area sumamente intrincada.

Estabamos viendo en este momento en el televisor de la sala de descanso un coro de Navidad cantando aquel villancico tan conocido "Niño Lindo, Niño Lindo ante tí me rindo.... De repente se escuchó en la radio una extraña voz en la frecuencia de emergencia, - Aqui habla Nic, requiero ayuda inmediata - Enseguida me acerqué al micro y solicité aclaración, -Nic, aquí Base SAR por favor repita su mensaje. Cual es su situación? - . Del otro lado del micrófono se oyó una vez mas la misma voz - Base SAR Aqui Nic, requiero asistencia urgente, debi hacer un arborizaje de emergencia, varios miembros de mi tripulación requieren rescate de los arboles - Solicité una vez mas - Nic, aqui Base SAR digame su posición para enviar ayuda? Nuevamente me respondió: - Base SAR, aqui Nic, mi posición es en el radial 130 a 32 millas de su Base - De una vez dimos la alerta a los pilotos de guardia quienes se dirigieron a la rampa para el encendido de la máquina. Mis dos compañeros y yo cargamos los morrales de trauma, los portátiles y los equipos personales. Camillas y cuerdas ya estaban dentro de la máquina como de costumbre.

El encendido del UH y el flop-flop de sus palas al salir a una emergencia nos produce una sensacion energizante y llena de emocion sin importar las veces que las repitamos en todos estos años. Es un chorro de adrenalina mezclada con un concierto de rock clasico.
Me coloco el casco de maestro de salto, conecto el intercom. Enseguida aviso al piloto que mis compañeros estan sentados y asegurados, listo para el despegue. El piloto, veterano en este tipo de operaciones nocturnas me informa que en unos 18 minutos estaremos en el área. Mis dos rescatistas disfrutan el vuelo con el aire frío de la noche refrescándoles las mejillas. Ya dejamos nuestra Base a lo lejos y nos adentramos en lo profundo de una zona montañosa, oscura y sin referencias.
Extrañamente voy notando que a medida que nos acercamos al lugar el cielo se vuelve mas estrellado.

El piloto me avisa que el punto parece estar en un topo a unos 9500 pies de altura. El copiloto con mapa en mano y la iluminación de la luz auxiliar del panel se asegura que no haya cables cruzando nuestra ruta, ya varias veces nos hemos llevado sustos con estos potenciales peligros para los helicopteros. Cuando véo el area de lejos recuerdo que hace unos meses estuvimos haciendo una practica de supervivencia cerca de esta zona. Fue por aquí donde capturamos una serpiente mapanare y la asamos para comerla. Recuerdo que esos aspirantes a rescate tomaron varias fotos comiéndose la culebra.
Aqui los árboles tienen mas de 20 metros de altura con copas muy frondosas. El copiloto señala con su mano que en direccion de las tres hay una señal luminosa, parece ser una bengala MK-13. El helicoptero hace hover sobre el sitio y observamos una especie de carruaje parecido a un trineo de madera con varias cuerdas enredadas en las ramas, vemos a dos cuerpos moviéndose guindados en los arboles. Le aviso al piloto que trate de acercarse más para identificar mejor. Debo salirme a los skids y chequear que el botalón de cola no vaya a tocar alguna rama y tengamos una emergencia nosotros. El piloto pone la maquina a unos 50 pies de los arboles y logro identificar los cuerpos, son dos renos grandes. Estan colgados de unas ramas y muy asustados al ver nuestro helicoptero con la luz de búsqueda iluminandolos. Hacemos un 360, pongo a mis dos compañeros en los skids y le aviso al piloto que tengo mis dos rescatistas listos para para bajar en rappel. El piloto hace un excelente hover y envío a mis dos hombres a los arboles. Los rescatistas desenganchan a los renos, los aseguran al arnés y los depositan en el piso a unos 17 metros abajo. Envío al piloto a hacer otro 360 para no recalentar las turbinas y oígo por el radio: - Helicóptero SAR, aqui Nic me alegra que vieron mi señal, agradezco hayan rescatado a mis dos tripulantes - El copiloto le responde a Nic pidiéndole su posición, su repuesta es - Helicóptero SAR aqui Nic, estoy a 500 pies a la izquierda de ustedes con los demás renos, podrían recogerme y subirme a una milla al norte? - Todos nos preguntabamos cual sería el propósito de este traslado. En realidad no entendíamos qué estaba sucediendo. Una vez más oímos la comunicación: Aqui Nic, hay un despejado cerca de mi posición, aterricen aqui.
Mientras tanto mis dos rescatistas ya habían llegado caminando donde estaba Nic y nos ayudaron con el aseguramiento del helipunto y el aproche con linternas. Tocamos sin problemas. Montamos a mis dos rescatistas, a Nic y a sus cuatro renos e iniciamos el despegue hacia el norte. En cuanto nos elevamos unos 300 pies pudimos observar una fuerte luz que provenia detras de un topo mas alto en la dirección que ibamos. Unos minutos de vuelo y Nic nos guiaba exactamente hacia una gruta de donde se veía una fogata. Afortunadamente a unos 200 metros de la gruta había una roca gigantísima donde pudimos posar al helicóptero sin inconvenientes. Nos bajamos todos, el piloto apagó la máquina. Nic nos guiaba entre la maleza. Los renos iban adelante. Cruzamos un pequeño riachuelo y enseguida vimos la gruta. En el cielo sobre ella se veia una estrella mucho mas brillante que todas las demás. Nic se arrodilló y sacó de su chaqueta un pequeño regalo bien envuelto y con un lazo rojo que puso al frente delante de la fogata. Mis compañeros, los pilotos y yo no podíamos creer que la Nochebuena nos habia traido esta extraordinaria oportunidad de poder hacer el mejor rescate de nuestras vidas, lograr que San Nicolas pudiera llegar al pesebre para entregarle su mejor regalo al Niño Jesus. El Niño envuelto en unos trapos y su Madre con una cara de felicidad y paz que yo jamás en mi vida habia visto. El padre, José nos veía con cara de agradecimiento. Nos quedamos ahi casi dos horas contemplando al Niño. Luego ya pasada la medianoche Nic nos pidió que si podiamos ayudarlo a reparar el trineo, encendimos entonces la máquina y volvimos a posar en el helipunto. Sacamos las herramientas del helicóptero, mis compañeros hicieron varios empates con las cuerdas rotas. A uno de los renos tuvimos que hacerle una cura en una pequeña herida en el muslo trasero. Reparamos un skid doblado del trineo utilizando el martillo y el alicate. Una vez que terminamos Nic se despidió de nosotros, nos dió las gracias manifestando que le habiamos salvado su Navidad y despegó inmediatamente para seguir su repartición. Se oyó un Jo Jo Jo y el trineo con sus renos desapareció en dirección norte.
Nosotros con una alegria inmensa retornamos a nuestra Base SAR y con una experiencia inolvidable de un rescate en Nochebuena.

Feliz Navidad a todos

Manuel Bazzani